A ver quién es la guapa de la modista que le diseña ahora un vestido a medida a España. Los himnos nacionales de casi la totalidad de los países que componen este planeta nuestro llamado tierra tienen una letra que le viste y que evita su desnudez. España es una excepción, ya que desde la dictadura de Francisco Franco la sintonía carece de ella. La propuesta que ha lanzado el Comité Olímpico español (COE) por medio de su presidente, Alejandro Blanco, viene en el momento en que el cuerpo humano de la nación parece estar en un estado de desmembramiento atenuado. Lo que significa que va a ser difícil hacer una indumentaria que le guste a todo el pueblo. Como todo atuendo no es habitual que le guste a todo el mundo, de ahí el famoso dicho de “para gustos, colores”.
Hace poco que hemos conocido esta propuesta, pero las reacciones que se producen en la calle me han llamado mucho la atención. No faltan opiniones de diferente índole. Por un lado, los hay quienes quieren que el “triunfa España, alzad los brazos hijos del pueblo español que vuelve a resurgir…” vuelva a ser la bandera de nuestro himno. Por otro, los que prefieren el “soldados la patria nos llama a la lid, juremos por ella vencer o morir…” Luego están los que se cachondean y piensan que el “Franco, Franco, que tiene el culo blanco y se fue a Paris y…” le vendría como anillo al dedo. También están los coherentes que lo consideran un razón lo suficientemente seria como para tomárselo con el rigor requerido y hacer una letra adecuada. Un atuendo que vista de manera elegante a esta nación llamada España. Por último, hay una serie de individuos, los que se encuentran en uno de esas extremidades que quieren ir aparte del cuerpo y que consideran que el poner una letra al himno no es más que otra milonga de algunos interesados.
Comparo esta iniciativa con la de ese hombre que el otro día saltaba al terreno de juego durante un partido de fútbol internacional para agredir a un hombre negro que acababa de cometer el enorme e imperdonable pecado de señalar una pena máxima, y veo que ambas acciones tienen mucho en común. Se producen en el momento menos adecuado o, como mínimo en un momento poco indicado, debido a la fuerte tensión territorial. Son obvias las consecuencias que acarreará el puñetazo del aficionado a su Selección, pero también me imagino la imagen que puede traer en un futuro un deportista español que no cante el himno. Que si no se lo sabe, que si no se siente español, etc. A la polémica que ahora ya se siembra cuando nace la sospecha de que un determinado jugador no quiere acudir a un compromiso con la Selección, habrá que añadir este supuesto. ¿Y qué resultará? Pues más polémica.
No sé si algún día veremos ese vestido que acompañe a ese cuerpo. No sé si será un vestido rojo y oro o si será rojo, amarillo y gualda. No sé quién será la modista que lo fabrique y si estará compuesto de lycra, con lo cual al menor rasguño se romperá, o si será de una material mucho más consistente. Un componente que siente las bases de una sociedad duradera e imperecedera.
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2 comentarios:
A ver como sale la iniciativa. Viva España
me parece una chorrada todo lo que rodea a la selección española, que si una letra al himno para que la canten, que si algunos jugadores esconden la bandera d las medias... En fin, mucha caspa pero poca cabeza para llevarla.
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